
Para la mayoría de las personas, el montaje de un film constituye una verdadera incógnita, y no precisamente de las menos inquietantes. ¿Qué es lo que ocurre durante el mismo, que a su término pueden observarse diferencias a veces notables entre el guion original y el resultado final? ¿Cómo es posible que la forma de un film este sujeta no solo al criterio del director sino también al de ese técnico-artista designado indistintamente como compaginador, editor o montajistas ¿y que aun los mas entendidos confiesen a menudo que no pueden reconocer a cuál de los dos personajes obedecen las decisiones finales de armado y corte?
El guión cinematográfico es un estadio de vida previo del film, de naturaleza efímera, que adquiere vida en la puesta en escena y en cada uno de los planos que la registran. Cada plano contiene la materia previa con la que se va a construir el film.
Es entonces cuando el montaje se revela en toda su importancia y gravitación. Es el momento de componer cada escena, cada secuencia; alcanzando un diseño definitivo, eliminando lo digresivo y potenciando aquello cuya escritura o realización no ha podido expresar en plenitud. Es el momento de crear la forma final del film y su estructura. Donde se pone en juego y se revela la real destreza del montajista, su sensibilidad artística, su experiencia, su imaginación.
En PULSO: sabemos que cada film es un desafío diferente, con características únicas de forma y contenido. Es por eso que ofrecemos propuestas formales de gran calidad visual y aportamos soluciones a problemas dramáticos y narrativos propios de cada realización, enriqueciendo su estructura, sin conformarnos con soluciones fáciles. Respaldados en la reflexión permanente, el análisis, la investigación y la experimentación.