Sobre “La República Perdida I”

  • Nota en diario “Clarín”. Fragmento.
    El drama de medio siglo argentino
    Próximo el estreno de La República Perdida, la expectativa deriva de que se presume un producto no habitual en el cine argentino.
    (…) Sin negar que La República Perdida pueda calificarse de filme documental, el director se atiene a una apreciación del género: “El cine es algo total y la narración tiene reglas que tanto valen en el argumental como en el documental. Para el espectador los centros de interés deben ser los mismos. No se trata tan solo de mostrar los hechos sino de interpretarlos y racionalizarlos (…)
  • Nota en Diario ¨La Nación¨ sobre La República Perdida. Fragmento.
    BERLIN. Ayer fue presentada en la sección Foro del Cine Joven la película argentina ¨La República Perdida¨.
    (…) No sabemos cuál será la suerte de la obra de Miguel Pérez. Lo real es que ya consiguió el mayor de los premios: la concurrencia masiva del público y de los críticos del festival y la del público berlinés. Además, el comentario de boca en boca sobre la necesidad de verla. (…)
  • Nota en Kölver Stadtanzeiger. 29 de febrero de 1984. Fragmento.
    De Argentina provino también “La República perdida” de Miguel Pérez, un punzante documental de dos horas y media de duración, de cincuenta años de continuos cambios de historia del país desde el punto de vista democrático y trabajado en 1983 durante la lucha electoral, por primera vez, luego del sangriento golpe militar, que enardeció los corazones.
  • Nota en Der Tagesspiegel. 28 de febrero de 1984
    Forum de Films Jóvenes. La República Perdida
    Argentina, un país de cambios políticos cruentos, cae en busca de su historia, siempre repetida en la misma pista circular. Perdió su república en 1930, 1943, 1954, 1976, no como bastón o un sombrero, sino con el arma de los militares en la nuca. Perdida, no significa desaparecida, sino también descuidada, abandonada. Cincuenta años de historia (…), la tradición democrática y hoy la mayoría de su país, lo puede demostrar Miguel Pérez con material de archivos, semanarios y fotografías recopiladas. Por medio del montaje, se muestran principios estéticos y revolucionarios en un film documental, que tiene tensión, no solamente por el texto como información y como comentario irónico, sino también por la imagen y la elección de la música llevada a cabo, que atrae la atención del espectador.

Sobre “La República Perdida II”

  • Nota Diario Mendoza. Fragmento.
    Exitoso pre-estreno de “La República perdida II”.
    Gran cantidad de público asistió al pre estreno de “La República perdida II”. (…) En su introducción, Miguel Pérez explicó que la producción refleja uno de los períodos más terribles de la historia argentina, tratando de rescatar la enseñanza que estos períodos irrebatibles deben dejar para las futuras generaciones. Tratar además, de mostrar al pueblo como el verdadero protagonista de la historia, olvidando las figuras estereotipadas trasmitidas invariablemente a través de los siglos. Nos propusimos también -añadió el director- recuperar la memoria del pueblo argentino, rescatando su identidad volcándola a este modesto aporte al proyecto de Nación que todos ansiamos”.
  • Nota en el Diario Clarín. Fragmento.
    María Elena, de la poesía al documento.
    (…) Ahora la escritora y la juglaresa han sido tentadas para un quehacer que supuestamente (o superficialmente visto) pareciera fuera de su órbita. Se trata de los textos orales para las imágenes documentales del filme de montaje La República perdida (Segunda parte), que dirige de nuevo Miguel Pérez.
    (…) “Tuve verdadera necesidad de meterme en un trabajo así en virtud del compromiso que asumí con la democracia y desde este punto de vista también tenía la obligación de hacerlo.” Pasa a referir que la película “es una cronología fiel cuyas imágenes necesitan la palabra en tanto explicación y concepto”. (…) “Con Miguel nos pusimos de acuerdo en algunos puntos esenciales, principal de los cuales era para mí el lenguaje oral.” (…) “Nuestra idea básica -se extiende a todos los responsables de la película- es que el proceso militar no se hizo sino en mínima parte contra el terrorismo, fue un alevoso ataque al pueblo, a la clase trabajadora, a la democracia”.
  • Miguel Pérez: “La memoria es algo por lo que se debe luchar”
    “La República perdida” se hizo durante la dictadura. No sabíamos, incluso, si se llegaría a exhibir o no. Por tales causas tenía un final un poco abrupto. En puridad, terminaba con la caída de Isabel Perón, y del “proceso” no se pudo incluir sino una breve reseña. Bueno, llegó el momento de completarla. Esta continuación trata entonces, y casi exclusivamente, del “proceso”. La asunción y el gobierno de Videla, la sustitución de éste por Viola, su derrocamiento por Galtieri, el interregno de Bignone.
    (…) No son películas partidarias. No lo fue la primera, y ésta mucho menos, ya que transcurre durante el “proceso”. Si la primera parte intentaba el rescate de las mayorías populares, la segunda trata de testimoniar la lucha del pueblo argentino en su conjunto. Si no hubiera existido una respuesta popular frente a todas las tropelías sufridas, la democracia que ahora gozamos sería totalmente inmerecida. Como la primera, la segunda parte de “La República perdida” no es la historia de militares ni de políticos sino de todo el pueblo argentino. (…)
  • Diario Popular. Fragmento
    Un documento imborrable
    “La República perdida II” recrea una época para no olvidar.
    “La República perdida” (en la parte segunda) es un documento apto para todo público para que los chicos aprendan lo que los grandes recuerdan. Terrible, acongojante, hace tajos en el corazón. (…)
    La conclusión a sacar es fácil: No a la subversión fascistoide-marxista que considera que el ideal de la vida es convertirnos en caños trasegadores de arvejas. Y no a los asaltantes del poder que, so pretexto de la defensa de los “sagrados” valores de Patria, Dios, Familia y Hogar, matan fueran de la ley, con crueldad salvaje, como si el enemigo no tuviese una familia a la que ama tanto como ellos, los represores, aman la suya.
    Pocas veces en el mundo entero se ha visto un documental así.
  • Nota en Diario La Prensa. Fragmento.
    El país del desconcierto
    (…) Los perfectos mecanismos que rigen la memoria del hombre hacen que los episodios más dolorosos se diluyan con el tiempo hasta tornarse en imprecisos recuerdos. Esta categórica sincronización del olvido, sobre todo atañe a la memoria colectiva, aquella que tiene que ver con una sociedad y los acontecimientos que la jalonaron. Un excelente nexo para volver al pasado es sin duda el cine. Una no menos eficaz catarsis masiva son los documentos que, como en esta “República perdida II”, testimonian la historia de un país desgarrado por terrorismo de distinto signo y en donde prevaleció la vocación de muerte por sobre toda otra opción. (…)
  • Nota en Diario La Razón. Fragmento.
    La memoria como antídoto del golpe
    (…) Como contribución al ejercicio de la memoria colectiva esta segunda parte de “La República perdida” seguramente es una contribución profiláctica para aventar los males del autoritarismo. Y cuando haga la historia, desde la distancia que exige el análisis desapasionado y objetivo, se verá también que el Proceso, mejor dicho la dictadura militar, sólo dejó muerte, desolación deuda externa, crisis económica y un páramo cultural. Otros monumentos a la idiotez, como buena parte de los estadios mundialista o las autopistas, quedarán además como testimonio de la desmesura en que vivimos durante siete largos y oscuros años.
  • Nota en Diario Tiempo Argentino. Fragmento.
    Doloroso testimonio de los años de la dictadura.
    Se vio “La República perdida II”, de Miguel Pérez, documental de vigorosa concepción
    (…) Cuando en 1983 se estrenó “La República perdida”, una opinión mayoritaria señalaba que la visión del film debía convertirse en un hecho insoslayable. Hoy, al conocerse la segunda parte, que abarca el período 1976-1983 y que expone el predominio del llamado Proceso de Reorganización Nacional, una de las épocas más dolorosas y lamentables que haya vivido el pueblo argentino, la visión se torna obligatoria.
    (…) Miguel Pérez apunta otra vez hacia el rescate de las grandes mayorías populares, evita el panfleto partidista (…), reitera el aporte del humorismo como compañero inseparable de la política, o apela al humorismo involuntario de algunos políticos, (…) para convertir a su obra en un gigantesco documento de la aberración y el dolor. (…)
  • Nota en Diario La Nación. Fragmento.
    “La República perdida II” es un documento con mucha inmediatez.
    Por Claudio España.
    (…) Seguramente en el exterior, “La República perdida II” será un magnífico manual descriptivo de hechos que, por el carácter mismo del cine, pueden ser apreciados desde ángulos diversos. La obra es muy densa, angustian y tan correctamente realizada que todo lo que en ella se muestra no nos roza, nos golpea hasta dejarnos abatidos.
    (…) Lo mejor de este singular esfuerzo por mantener fresca la memoria de los argentinos con criterio muy cercano al del periodismo es su prédica constante contra los golpes de Estado y a favor de la democracia, la defensa de los derechos humanos y la libertad individual y colectiva.
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